Paralelamente a la lucha que estamos dando para que el coronavirus no se propague, tenemos que lidiar también con otra pandemia, si, la pandemia de los huevones tontos, que es tanto o más peligrosa que el COVID-19.
Si usted es delicado de cutis (los que no aceptan burlas ni son amigos de bromas) no siga leyendo, porque usted seguirá leyendo varias veces como sigo refiriéndome a los huevones tontos.
Para identificar quienes están infectados con este virus que se llama “los huevones tontos”, tenemos que aprender a reconocer los síntomas. Los huevones tontos, no respetan, se creen inmunes, se ríen y tratan de burlar cualquier control, cualquier medida de protección y como están infectados con el virus de los huevones tontos; piensan que todas las medidas que se toman están de más. ¡Que aquí no, aquí no pasa nada!
Lo más terrible que los huevones tontos, sienten y creen que todo gira en torno a ellos, por es inevitable que los huevones tontos tiendan a despreciar todas las medidas de prevención. Las personas infectadas con el virus de los huevones tontos, desarrollan; el orgullo y la soberbia de una manera desproporcionada.
Por ejemplo; este sábado después de haber estado dos días encerrados en casa por Semana Santa y de ser anunciado previamente por el gobierno que disuelven las salidas por género y que solo podía salir un miembro por familia, con los equipos de protección necesaria, respetando el metro o metro y medio de alejamiento entre personas, pero no, los huevones tontos salieron como podían, de uno, en pareja o todos a la vez, porque para ellos el coronavirus es un chiste.
Lo peor de esta enfermedad que afecta a los huevones tontos, es que ellos piensan al revés, ósea, que los huevones tontos somos nosotros y ellos los inteligentes, los vivazos, los bacanes. Pero si un huevón tonto se infecta del coronavirus, a no pues, ahí la culpa la tiene las autoridades, que no tomaron las medidas, la culpa tiene los hospitales que no tienen los insumos, la culpa es de los vecinos que no le avisaron de la gravedad del tema. Todos van a tener la culpa, menos, el huevón tonto.
El huevón tonto, sale a cortarse el pelo porque lo tiene muy largo, el huevón tonto compra una, o dos cervezas y convoca a más huevones tontos, porque se siente estresado y extraña las fiestas. Al huevón tonto, le diagnostican positivo del coronavirus y arranca para propagar la enfermedad.
El huevón tonto no entiende que, si se respeta las medidas de protección, el coronavirus no tiene ninguna oportunidad de encontrar otra víctima, los huevones tontos, aun no asimilan que los países colapsan y ahora no con insumos médicos. Ahora el colapso es con ataúdes, fosas comunes, ataúdes de cartón; en definitiva, a los huevones tontos, también los tengo miedo… Son muy peligrosos, porque pueden ser tanto o más mortales que el coronavirus.
Es difícil, decirle a un padre, a un jefe de familia, que se quede en la casa; cuando cuenta solo con lo que puede trabajar en el día para su familia, sin embargo, quedarnos en la casa es la única solución, para evitar que la pandemia del COVID-19, se siga extendiendo; y tan rápido como lo está haciendo hasta ahora.
Cuídese de los huevones tontos, porque también son mortales.
Este texto es una adaptación del siguiente video: